sábado, 26 de febrero de 2011

Esperanza

La primera impresión al ver aquel bordado fue de vertigo. Colgado de los balcones interiores, dentro de la parroquia de la Misericordía, 5 metros de esfuerzo, cariño y belleza se precipitaban hacia abajo, mostrando el trabajod e un grupo de mujeres y hombres, 6 en total, que durante más de 3 años han dado más de 2.000.000 de puntradas para confeccionar aquella maravilla de manto, como no podía ser de otra manera, a las ordenes de Espadero, aquel genio Cofrade. Los costaleros estaban maravillados contemplando aquella obra de arte, su párroco, Don Felipe, más aún si cabía, llenó, además, el corazón de los presentes, con unas hermosísimas palabras de amor y cariño hacia la madre de Dios y el esfuerzo de aquellas personas.
El cariño de acogida como siempre desbordado, abrazos, choques de mano, y sobre todo esa chispa de alegría siempre en la mirada, los salosnes parroquiales a rebosar de gente que quería volver a soñar con el costal. La igualá, impresionante, lo que mis ojos nunca habían visto. Y lo cita volver a quedar en unos días para charlar un rato.
Antonio Millán encantador como siempre, y a Espadero lo acribillamos a preguntas sobre los tems del bordado que despejaron varias dudas que teníamos, y que nos ayudarán a concluir el proyecto que tenemos entre manos, como siempre, mil gracias a esta maravillosa hermandad.