jueves, 26 de abril de 2012

Reflexiones

Sin entrar en más detalles que los que estás líneas pueden expresar, y con el último punto del cierre del texto corriendo un tupido velo, ciertamente hay gente que no aprende. Son como aquellos que una vez resucitó Jesús, y lo vieron, aún siguieron sin creer en Él, o como si Santo Tomás hubiera tenido que meter los dedos en las yagas de Jesús, tantas veces como lo viera. Pues así aún hay gente, que aún viendo, que poco más le queda, sigue enfrentándose a ellos, con la espada del odio, la misma que a ellos le mide, por que lo que das recibes. 
La casa de Dios no está hecha para ser un museo de exposiciones de imágenes donde ir a opinar sobre lo que me gusta o no, y mucho menos para ponerte delante de Dios y de su bendita madre, en su casa, a destrozarlo todo por doquier, pero allá cada cual, que aún viendo la luz de Dios sigue ciego y necesita seguir hundiéndose en el lodazal para poder creer. Podrás llegar, podrás mostrar su casa como del mismisimo "Prado" se tratara, podrás derribar el esfuerzo de muchos durante años o de pocos durante días, pero bien sabes que cada palabra mala que salga de tu boca, cada desprecio que eches, cada falta que arrojes, deberá volver a ti 7 veces, y parece mentira, que después de lo vivido, y de lo que  se vive, aún quieras seguir desconfiando de la Madre y del Padre, que piensas, ¿que solo lo perfecto es de Dios?, cuando Él mismo escribe recto con renglones torcidos. Hay de ti, que necesitas seguir sufriendo para poder ver la luz, preparate que lo mismo que has hecho, las mismas palabras que has dicho, en poco tiempo llegarán a ti, que llega Pentecostés y con él, la luz de Dios y el Rocío del cielo baja de nuevo a la tierra a dar lenguas de Dios a los que van a transmitir sus palabras, por que el Rosario ya se rezó y quedó escrito que este año NO. 
Rezaré por ti esta noche.